La pandemia del Covid-19 trajo retos, desafíos y aprendizajes, pero sobre todo oportunidades ante una nueva realidad. En el 2021, como testimonio personal, decidí realizar estudios virtuales en España con una academia llamada Kuestiona. Tanto su Máster de Desarrollo Humano y Liderazgo como su Máster de Alimentación Consciente abrieron mi visión de vida de una manera que ya no podría ser la misma, ya que me confrontó hacia un nuevo punto de inflexión.
El enfoque de ambos cursos giraba alrededor del autoconocimiento con una visión integral en su rueda de la vida. Mis compañeros tenían una búsqueda e interés particular, y cada uno conectó libremente ante la oportunidad de compartir nuestras historias y con ello nuestra vulnerabilidad. Todos fluíamos en respeto e interés ante cualquier recomendación, comentario, canción o testimonio que compartiéramos. Sin embargo, lo que más tuvo impacto, al menos en varios de nosotros, fue el famoso “After” con el concepto del “Feel Free” o “siéntete libre” para ingresar a una reunión por Zoom-Meeting al terminar la clase de ese día. Con ello se compartía de manera más íntima. Muchas historias, conexiones y aprendizajes pudimos transmitir en esas largas, créanme… largas horas. Todo gracias a la virtualidad y al deseo de escuchar, conectar y compartir experiencias con otros.
Con lo anterior en cuenta, fue gracias a un compañero, hoy un amigo y hermano mexicano de Puebla, llamado Francisco, y al apoyo de otros, que nos autodenominamos “Yonquis” por nuestro compromiso o “fiebre” de quedarnos en los famosos espacios de reflexión post clases ya comentados. Fue entonces cuando en el tema de la clase “Somos lo que comemos” se dio una oportunidad única.
Francisco me motivó a compartir un tema con los compañeros por ser yo un profesional de la salud en un espacio que había quedado libre entre clases, y que como nutricionista podía enriquecer el tema del momento. Con gusto acepté y presenté una ponencia sobre la Península de Nicoya y las Zonas Azules con un enfoque de estilos de vida saludables y empoderamiento personal. Al final se conectaron entre 20 y 30 compañeros de varias partes del mundo. En ese momento, luego de muchos comentarios positivos y el interés mostrado en múltiples preguntas, entendí como nunca, que podía ser una voz más entre muchos referentes dedicados y profesionales expertos que desean dedicar su vida a transmitir experiencias, conocimiento y sabiduría en el área de la salud integral y holística, cosa que nunca hubiera imaginado. La idea es brindar un enfoque fresco y actualizado, pero sobre todo con la intención de motivar a cambios paulatinos, dentro de un proceso que es personal, y que cada uno tiene la oportunidad de decidir como llevarlo, sin presiones, manipulaciones ni obligaciones, donde el respeto era innegociable. Con eso en mente es que hoy les escribo desde esta plataforma con el proyecto Ser Salud Integral.
Como decíamos en ese año 2021, no te creas nada, solo fíltralo a través de tus experiencias y conocimientos personales, si te hace “click”, te resuena y conectas, en hora buena, sino, no pasa nada. La verdad es que desde que conocí este fascinante estudio realizado por Dan Buettner sobre los centenarios alrededor del mundo, mi reacción inmediata fue de absoluto asombro. ¿Cómo es esto posible?, me preguntaba una y otra vez conforme iba descubriendo datos que me hacían entender con mucha más claridad el concepto de la salud integral. Descubrir semejante investigación mundial y que una de esas regiones quedará en mi país ha sido vital en mi vida como profesional, aunque lo mejor siempre está por venir…
Motivado por conocer más, y comprender sus alcances encontré la palabra ikigai, la cual venía de otra zona azul como es la isla de Okinawa, y que bien seguro conoces, ya que es una expresión muy conocida y utilizada en la actualidad, digna de hacer un artículo solo con ella y sus alcances. La definición más usada y conocida es “la razón de vivir” o “la razón de ser”. Es aquello que hace que tu vida valga la pena vivirla, lo cual deja claro que sin importar la edad en la que tengas que partir de este mundo, lo relevante sería haberles dado uso a esos años con la mayor cantidad de sueños y esperanzas puestas en marcha, así como una gran recopilación de experiencias, llenas de gratitud y felicidad, que vivan por siempre en tu ser como en aquellos que te rodearon durante toda tu existencia.
Recordemos todos, que el verdadero sentido de llegar a ser un centenario obedece a una acumulación de valores y hábitos coherentes con la naturaleza humana y su armonía con el entorno. Los elementos tales como la tierra, el agua, el aire y el fuego son esenciales para la vida en todas sus formas. Por ejemplo, las investigaciones de las Blue Zones® resume los hallazgos coincidentes y repetidos en lo que ellos denominan “Power 9”. Moverse naturalmente; lograr tener propósitos; generar cambios descendientes en el ritmo de vida cotidiana; aplicar la regla del 80% como es “hara hachi bu”, favorecer un mayor consumo de plantas; consumir de forma moderada el vino en quien ya lo hace; desarrollar el sentido de pertenencia; priorizar a los seres queridos y a la tribu correcta. Todo esto completa la lista de los poderosos nueve.
Pregúntate, si realmente llegaras a alcanzar una excelente salud que te permita llegar a una edad avanzada convirtiéndote en un centenario, ¿qué harías con ello? ¿Cuáles serían tus proyectos y propósitos? ¿Tu razón de ser? ¿Estarías anuente a servir y contribuir con todo el aprendizaje acumulado?
Este es un buen momento para introducir una breve historia de doña María Villagra, quien el pasado año se convirtió en una nueva centenaria de la Península de Nicoya. Doña María tuvo 16 hijos, de los cuales solo dos han fallecido. Uno de ellos recién nacido. Con ello dejamos claro, al menos en el caso de ella, que el estado de embarazo beneficia más que afecta a la longevidad, aunque con ello no queremos motivar a seguir su ejemplo de manera tan particular, solamente indicar la bendición de ser madre en la vida, si así quisieras en el momento correcto. De hecho, su hijo don Miguel de casi 64 años, uno de los menores de la camada, y la persona por la que conozco de doña María, me comparte que, dentro de los grandes aciertos de su mamá, está que es muy tranquila y respetuosa. No se involucra con las parejas de sus hijos, buena suegrita dirás entonces, pero fuera de la broma del caso, doña María recibe ese apoyo de sus hijos y nueras porque para ella lo importante es dejar todo en manos de Dios. Luego de la muerte de su esposo a los 86 años por problemas de hipertensión y diabetes, doña María dedicó muchos años al servicio social a través de la iglesia y sus causas humanitarias. Además, es un fiel reflejo del perfil centenario, al ser físicamente activa y mantener una alimentación sencilla basada en muchos picadillos naturales de la zona con ingredientes basados en las plantas, y sin faltar las famosas tortillas nicoyanas. Doña María solo consume una pastilla para el control de su corazón que está un poco grande, y ¿cómo no? Si ha dado tanto amor a sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y en realidad a toda la comunidad de Nicoya de donde es originaria. Definitivamente hay que pertenecer y conocer el entorno para vivir muchos años, tal como doña María lo ha hecho con su gran familia y comunidad nicoyana. Ese es su secreto y no es mágico…
En la longevidad, no requieres haberte ganado la lotería genética, sino estar en el lugar correcto, con los estímulos adecuados y la actitud positiva que motive a una actitud consciente traducida en perseverancia como la expresión: “un día a la vez”. La mayoría de nosotros tenemos la capacidad de llegar bien avanzados en años y en un estado de salud privilegiado. La Universidad de Costa Rica (UCR) y la facultad de medicina a través de la Dra. Georgina Gómez y su equipo, vienen realizando estudios adicionales para lograr evidencia científica a través de varias herramientas, entre ellas la conocida microbiota – flora intestinal – , para llegar a este tipo de conclusiones. Mientras tanto, la trayectoria correcta para las nuevas generaciones de la Península de Nicoya y cualquier parte del mundo es clara: el contacto con la naturaleza, un propósito vital junto a una “tribu” o familia extendida, una alimentación local balanceada basada en plantas, una actividad física vinculada al movimiento diario sin excesos y por supuesto un manejo adecuado del estrés. Todos estos son parte fundamental de tu proceso hacia la longevidad, y que puede ser reflejado con el proyecto “Blue Zones® Projects” con su enfoque Life RadiusTM (radio de vida) que busca impactar la zona cercana a tu casa en donde las personas pasan el 80 por ciento de su vida. Si mejoras el lugar donde vives, trabajas, aprendes, amas y te diviertes, entonces haces que sea más fácil levantarte y moverte, comer más saludablemente, hacer nuevas amistades y encontrar una razón de ser y existir. La evidencia es clara, el resultado del centenario está demarcado por su estilo de vida, con factores variados e integrados entre sí.
Para concluir, don Miguel, quien no solo es el hijo de nuestra querida doña María, sino un nicoyano consciente que ha decidido convertirse en un agricultor orgánico desde hace varios años, así evitar todo tipo de agroquímico en sus cultivos con prácticas más armoniosas con la naturaleza, y con ello ponerse en acción para dejar una huella verde que sirva de inspiración en las próximas generaciones. Don Miguel concuerda con los aportes del señor Rosero, mencionado en la primera parte de este tema. Ambos consideran, junto con otros expertos como la Dra. Gómez, todos referentes para tomar en cuenta, que el estilo de vida más acelerado con una alimentación más procesada baja en nutrientes, han puesto en riesgo la continuidad de la Península de Nicoya como una zona azul. Las personas longevas, nuestros queridos centenarios nicoyanos como doña María, podrían desaparecer tan rápido como en los próximos 20 años según algunas estimaciones con base en los hallazgos actuales que se diferencian considerablemente de los centenarios originales.
Si respetas todo lo anterior desde tus posibilidades reales, aumentarás la probabilidad de tu longevidad. Puedes ser premiado con una buena salud llena de vitalidad y fortaleza espiritual hacia la autorrealización y la trascendencia humana, dejando así un legado a quienes vendrán en el futuro. Llegar a ser centenario es posible y real como consecuencia natural de todo lo comentado en este artículo. Vivir los años que tengan que ser con buena calidad de vida es un camino que puedes abrazar desde tu bien-ser y tu bien-estar, sin caer en la trampa de la inmortalidad.
¡Nos vemos pronto!
Foto de cabecera: Compañeros de la Tercera Promoción Virtual Máster de Desarrollo Humano y Liderazgo de Kuestiona. Fotografía realizada por Eva Sanz.